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Un clavicémbalo (italiano: clavicembalo; francés: clavecin; alemán: Cembalo; español: clavecín; portugués: cravo; neerlandés: klavecimbel; polaco: klawesyn) es un instrumento musical que se toca mediante un teclado. Éste acciona una hilera de palancas que hacen girar un mecanismo disparador que puntea una o varias cuerdas con una pequeña púa de pluma o plástico. Las cuerdas se tensan sobre una caja de resonancia, que está montada en una caja de madera; la caja de resonancia amplifica las vibraciones de las cuerdas para que los oyentes puedan oírlas. Al igual que un órgano de tubos, un clavicémbalo puede tener más de un teclado[1] e incluso un pedalero. Los clavicémbalos también pueden tener botones de parada que añaden o eliminan octavas adicionales. Algunos clavicémbalos pueden tener un tope de gamuza, que pone una tira de gamuza u otro material en contacto con las cuerdas, silenciando su sonido para simular el sonido de un laúd pulsado[2].
El término designa a toda la familia de instrumentos similares de teclado pulsado, incluidas las virginales más pequeñas, el muselar y la espineta. El clavicordio se utilizó ampliamente en la música del Renacimiento y el Barroco, tanto como instrumento de acompañamiento como solista. Durante el Barroco, el clave formaba parte del grupo de continuo. La parte del bajo continuo servía de base para muchas piezas musicales de esta época. A finales del siglo XVIII, con el desarrollo del fortepiano (y el creciente uso del piano en el siglo XIX), el clave desapareció gradualmente de la escena musical (excepto en la ópera, donde siguió utilizándose para acompañar recitativos). En el siglo XX, resurgió y se utilizó en interpretaciones históricas de música antigua, en nuevas composiciones y, en raras ocasiones, en ciertos estilos de música popular (por ejemplo, el pop barroco).
Cómo tocar el autoarpa
El clavicordio es el antecesor directo de su hijo más famoso, el piano. El delicado y rico sonido de este antiguo instrumento de teclado no se produce golpeando las cuerdas con un pequeño martillo, sino punteándolas, como cuando se toca la guitarra. El clavicordio se inventó en el siglo XVI, probablemente en la actual Italia. Se utilizó durante más de dos siglos antes de caer en un relativo olvido. Hoy en día, se emplea en la música renacentista y barroca y en algunos géneros más experimentales y modernos. Si te apetece adoptarlo como pasatiempo, basta con un poco de teoría y mucha práctica. Descarga Piano Free, selecciona tu nuevo instrumento favorito y estarás listo para el rock.
Una vez que empieces a tocar, empezarás a comprender rápidamente la importancia de una afinación adecuada. Incluso un pequeño problema puede desequilibrar el conjunto. Por suerte, esto puede remediarse fácilmente con la ayuda de tu smartphone. En caso de que no encuentres un software especializado, una aplicación de afinador de pianos o una plataforma más general te servirán. Una vez solucionado el problema, podrás disfrutar de la música y, en definitiva, de la vida.
Sonido de clavicordio
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No basta con escuchar música. Es el trabajo activo de dar vida a los sonidos lo que proporciona los mayores beneficios. Así que desempaque y desempolve ese viejo instrumento o respire hondo y aclare su garganta, ¡y empiece a tomar clases particulares de clavicémbalo de nuevo!
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Clases de clavicémbalo cerca de mí
Cada vez que alguien me pregunta, como pianista, “¿Tocas también otros instrumentos?”. suelo responder “¡Claro! Sé tocar el órgano, el clavicémbalo e incluso el acordeón… pero sólo en la parte del teclado”. Si eres pianista como yo, ¡aparentemente hay muchos más instrumentos que sabes tocar!
Este instrumento electrónico es bastante nuevo, inventado en 1928 por Maurice Martinet. No fue demasiado tarde para que compositores modernos escribieran piezas para él (como Olivier Messiaen, Darius Milhaud y Frank Zappa).
El instrumento puede controlarse tocando su teclado de seis octavas o deslizando un anillo metálico que se lleva en el dedo índice de la mano derecha. La posición del anillo depende de la posición horizontal a lo largo del teclado. También hay un panel de control en el lado izquierdo del instrumento que controla la dinámica y contiene interruptores que funcionan como un órgano (cambian entre diferentes colores de sonido y timbres).
Este asombroso instrumento fue diseñado por Leonardo da Vinci. Sus dibujos han intrigado a los constructores de instrumentos durante más de 400 años. Sin embargo, no fue hasta hace unos años cuando el pianista Slawomir Zubrzycki reconstruyó el instrumento para su uso personal.